Semanas desaparecido y dejando el protagonismo a otros cuando, de repente, apareció él. Pedro Sánchez uno de los peores presidentes de gobierno del mundo libre y, sin ningún género de dudas, el peor de nuestra etapa democrática decidió agarrar su fusil y empezar a disparar a todo lo que no había disparado con anterioridad. Los disparos fueron de ráfaga de metralleta sin apuntar bien, tirando “a bulto” muy lejos de esos disparos limpios, efectivos, de ésos que ves cómo un tío dispara a tres kilómetros de distancia a una maceta y la rompe justo por el sitio que tenía que romperla para que le caiga en la cabeza al malo de turno. No, esas sutilezas están para los gobiernos de otros países, aquí van pegando ráfagas de medidas sin un criterio preconcebido y , por ejemplo, manteniendo, durante más de seis horas, a un país en vilo para saber si podemos o no podemos salir de nuestras casas.
La culminación de este despropósito nos viene en el Boletín Oficial del Estado del 18 de Marzo. ¡¡¡46 páginas!!! Una detrás de otra para poco o muy poco y, en todo caso, para nada comparado con lo que nos dijeron el día anterior. Que sepas que como no estés muy, pero que muy fastidiado vas a tener que seguir pagando tus préstamos y, si desgraciadamente lo estás, sólo podrás escaparte del pago del préstamo para la compra de vivienda habitual. Si eres autónomo, y has tenido que cerrar un mes y tienes, por ejemplo, tres trabajadores que sepas que te van a compensar con poco más de 650 euros. Grande Pedro, eres muy grande para salir ante los españoles diciendo lo que dices y luego publicar lo que publicas. Dicen que los españoles estamos hartos de los políticos (hablo en primera persona), pero ¿cómo no vamos a estar hartos? Yo que me dedico a la política desde hace años y, aunque debería estar inmunizado, me siguen abochornando estas actitudes. Que uno salga haciendo creer algo que no es la realidad de las cosas e informa de manera parcial y torticera sobre lo que va a hacer no es de recibo. No todos los fontaneros son iguales ni todos los médicos lo son, por lo tanto, tampoco somos todos los que nos dedicamos total o parcialmente a la política, iguales. Hay unos que aciertan o se equivocan pero no engañan y otros que se sienten el ombligo del mundo y creen que con su verborrea convencerán a todos.
La responsabilidad de un político es hablar claro para lo bueno y para lo malo. Todo lo que no sea eso es un descrédito total y absoluto.