En el día de ayer se anunció que a partir del lunes cesa la actividad económica en todos aquellos sectores que se consideran no esenciales. Hoy, muchos empresarios y trabajadores están pensando: ¿somos nosotros actividad esencial?
Para aclarar esta duda hay que aplicar tres criterios fundamentales: la norma publicada en el BOE, la lógica y la responsabilidad individual.
Hay actividades que son muy claras ,porque así lo recoge el BOE, pero hay otras que pueden plantear dudas sobre si son o no son esenciales.Esencial puede serlo todo o casi todo. A modo de ejemplo, todo lo relacionado con la alimentación se considera básico: el transporte, el tratamiento de residuos, hasta la empresa que hace las cajas para envasar los productos, es decir, todo eso es esencial. No puede nadie romper esa cadena porque entonces un producto elemental como son los alimentos no llegarían al mercado. Y ahí es donde entra la lógica, una empresa que se dedique a hacer envases de cartón, ¿es esencial o no? Pues depende del destino final del producto. Si el producto o servicio que prestamos va destinado a la alimentación es evidente que sí, y tendríamos que dimensionar la actividad de nuestra empresa al producto o productos que tiene un destino, digamos, esencial. Y aquí es donde aparece el tercer criterio que exponía en un inicio, la responsabilidad individual. Es casi imposible que no haya ninguna actividad económica en este país que no tenga algún vínculo a un servicio esencial. Si es esencial el transporte de alimentos, serán esenciales los talleres que reparan esos camiones, si es esencial el servicio sanitario, será esencial la empresa que le hace el mantenimiento de, por ejemplo, sus fotocopiadoras o si es esencial el servicio de policía nacional o local tendrá, necesariamente, que ser esencial la empresa que les lleva el mantenimiento de sus equipos de transmisión. Todo o casi todo puede ser esencial. La clave es que una norma que se publica con menos de 24 horas de anticipación no da para que un gobierno pueda dar acreditaciones de “servicio esencial” y ahí entra, como decía, la responsabilidad individual. Cada uno en su actividad sabe qué servicios o mercaderías de los que presta o vende son o no esenciales y sabe qué puede esperar o no las dos próximas semanas. Sólo desde la responsabilidad de cada uno, el enorme esfuerzo que está haciendo esta sociedad puede tener éxito lo antes posible.
Sin entrar a valorar la actuación del gobierno, se ha decretado el cierre de los servicios no esenciales para que salgamos cuanto antes de esta situación crítica que vivimos, por lo que si hacemos “trampas” nos las estamos haciendo a nosotros mismos y a nuestra actividad económica, porque cuanto más tiempo tardemos en salir de ésto peor será para todos.
Y, en palabras del Presidente del Gobierno, el “permiso retribuido” para estos once días se puede convalidar con parte de los días que tiene la empresa o el trabajador para elegir sus vacaciones. Como digo yo muchas veces, “nos ha caído pedrisco en nuestro negocio” y eso es para todos, para trabajadores y empresarios y todos vamos a perder algo. Nadie puede pretender salir de esta situación caótica de manera indemne en todos los aspectos de su vida. Todos vamos a perder mucho, espero que sólo sea nuestro tiempo y nuestro dinero.