Irene Montero, la que no era casta, lleva ya un mínimo de tres test para detectar el coronavirus. Los sanitarios de media España pidiendo test , los de la otra media también pidiendo test y la señora Ministra, nombrada por su pareja, se hace un test detrás de otro ,únicamente, para ver si puede salir de “casoplón” de Galapagar y volver al Ministerio a hacernos ver la luz a todos los españoles.
Este es un claro ejemplo de incongruencia. La sociedad española es muy consciente que estos comunistas de “boquilla” lo son, hasta el momento en que ven la oportunidad de defender a los oprimidos desde un jardín con piscina y dos guardias civiles en la puerta, y la libertad de expresión es un derecho fundamental hasta que lo que se dice es para criticarles a ellos y a los suyos y, cuando éso ocurre, intentamos amordazar y satanizaa al emisario.Demagogos.
La incongruencia es un problema de ellos y de quienes los votaron, no me preocupa, lo que sí que lo hace es que sus principios arcaicos y obsoletos los están empezando a aplicar en nuestra sociedad con el consentimiento y, en ocasiones, el beneplácito del PSOE. Ahí es donde empezamos a ir mal, muy mal. Que se manifiesten, que digan sandeces del tipo “del coronavirus saldremos combatiendo el neofascismo” y tonterías de esas, me parece tan curioso como cuando vas al zoo y ves a especímenes llamativos pero, cuidado, cuando lo que se pretende es aprovechar una pandemia de estas características para endeudar más a nuestro país, criticar miserablemente al Jefe del Estado (al que prometieron lealtad) o proceder a un recorte en derechos y en libertades, eso es otra cosa. Que quede claro, el Gobierno de España no está invirtiendo la totalidad de su escasa capacidad para combatir esta crisis, una parte de ella la aplica a intentar montar una red clientelar a través de una “ayuda mínima vital permanente”. Una “ayuda mínima vital” puede ser lógica en estos momentos tan complejos pero convertirla en “permanente” es aprovechar la coyuntura para intentar llegar al sueño comunista en el que todos vivimos del estado y el estado son ellos.
Suena duro pero es así, la única preocupación de nuestros gobernantes no es evitar que cientos de españoles mueran cada día, el gobierno social- comunista que nos dirige se dedica, también, a permitir que la cuarta fuerza política de nuestro país aplique el programa político más radical de toda la Unión Europea.