Y Emiliano la volvió a liar y, aún así, me sorprende la tendencia de algunos a sacar el flagelo y darse duro con él.
Ayer el peor gobierno de la historia democrática de nuestro país anunció qué provincias pasaban a la ansiada fase 1 de lo que han denominado “desescalada”. Bien, pues de las cincuenta provincias que tenemos en este bendito país sólo siete no han pasado en su totalidad a la siguiente fase y de esas siete, casi la mitad, tres, de Castilla La Mancha.
Si hago caso a algunos comentarios que leo, debe ser que nuestros queridos vecinos de Cuenca son los nuevos espartanos por su proverbial disciplina militar, mis amigos de Murcia deben estar subyugados por una corriente de ascetismo que les impide los placeres materiales y los de Guadalajara se han convertido en monjes tibetanos dedicados todo el día a la meditación porque, todos ellos, cumplen las normas como nadie, son disciplinados, limpios y hasta guapos. En Albacete, sin embargo, la anarquía y el desprecio por las normas es nuestra razón de ser y, por eso, no pasamos de fase, ¿no te “jode”?
En el día de ayer vi cómo algunos sacaron el flagelo a pasear y justificaban nuestro no ascenso de fase a que no cumplíamos las normas porque no somos disciplinados. ¡Sólo faltaba! En Albacete, en Ciudad Real o en Toledo no se cumplen o incumplen las normas más que Cuenca, Guadalajara o, por ejemplo, Oviedo. ¡No!, ¿ha quedado claro?, el problema es que en Albacete, Ciudad Real o Toledo ha habido más muertes, más contagios y más ingresados en la UCI que en ninguna de las otras provincias. El problema es que ayer viernes hubo 73 nuevos casos en Albacete y 3 muertos, éste es el verdadero motivo y no otro. ¡Ah!, y los casos de ayer no son consecuencia de que hace una semana la gente empezara a salir a la calle y a darse paseos “irresponsables” como dicen algunos. Los presuntos irresponsables están por todos lados y por todos sitios pero aquí nuestra media de irresponsables no es mayor que la del resto de España. Donde estamos muy por encima de la media es en un gobierno regional mentiroso y manipulador que ha conseguido una unidad, casi total, en su contra.
El fallido cambio de fase no es culpa de los ciudadanos, es culpa del gobierno de García Page que ha dedicado más energías en tapar sus errores que en solucionarlos. Las cinco provincias de CLM están en las primeras doce de fallecimientos del COVID-19 de toda España y eso es algo clave para no pasar de fase. Horas antes del fallido intento de cambio de fase, el todavía Presidente de CLM anunciaba que “lo tenía todo preparado para la siguiente fase”, claro, como los respiradores, los EPIS o los test.
El efecto colateral es el enésimo golpe a la moral de los cientos de hosteleros y comercios que, inocentemente, creyeron a nuestros dirigentes regionales y tenían la ilusión de empezar a retornar,a partir del próximo lunes, a una normalidad que cada día ven más lejana.